El mundo es un lugar que está en continuo cambio, que sufre
transformaciones cada vez más frecuentes a manos de los seres humanos. Donde
antes había aquel descampado donde de pequeño podías jugar libremente con tus
amigos, ahora está lleno de bonitos adosados, la mayoría sin comprar. Aparecen
sobre el terreno nuevas edificaciones mientras que otras se destruyen, en un
proceso de “renovación” del que ni siquiera nosotros, los que vivimos en el
lugar, somos conscientes.
Esta es una de las cuestiones que se plantea la artista Lara
Almarcegui en su exposición “Por debajo”. La transformación urbana, la
inversión en el campo, y la manera de intervenir en un lugar, son los temas
presentes en la obra de Almarcegui. Los
proyectos de la artista Lara Almarcegui prestan una atención preponderante a
las transformaciones que experimenta el espacio urbano, especialmente enfocada
en estos territorios tanto olvidados como amenazados por el desarrollo de las ciudades.
Los intereses que caracterizan su trabajo y determinan su campo de reflexión y
de acción son sobre todo en el contexto del mercado de la construcción, y
especialmente en el fenómeno urbano de la especulación del suelo. Como el mismo
título de la exposición dice, lo que intenta la artista es introducirnos en un
mundo subterráneo, en lo que está debajo de la ciudad. Pero ella además no se
quedará allí, si no que querrá ir aún más abajo. Por otra parte, también está
la necesidad de huir de estas ciudades, de este terreno que está tan sumamente
intervenido por la mano humana. Una reflexión sobre la necesidad de las
personas de salir de la ciudad, acto que ahora parece casi imposible de
realizar tras el desarrollo de las grandes ciudades. Todo este pensamiento se
pone de manifiesto en su obra “Casa encerrada, Dallas”, donde se ve la
demolición de una casa. Tras esta casa que se ha demolido, volverán a construir
otra nueva, y en unos años, cuando esta casa que antes era nueva llegue a
considerarse antigua, volverá a demolerse para construir otra en el mismo
terreno y así continuamente. Esta obra es un memorial con el material real del edificio en su
interior que se convierte en una narración sobre la desaparición de la casa. Un
espacio para reflexionar sobre el pasado, el presente y el futuro del barrio
que en la actualidad está pasando por grandes transformaciones urbanas. La
artista va a hacer mucho hincapié en este Pasado, Presente y Futuro no solo en
esta obra, si no en la otra expuesta en esta misma exposición, “Rocas de la
Isla de Spitsbergen, Slacbard, 2014”. Se trata del pasado geológico y de la
transformación de las montañas y los cambios que han producido la actividad
minera. En esta obra, tendremos que hacernos una pregunta, ¿Cuál es el futuro
de esta isla? Con la continua destrucción del territorio, la respuesta no
parece muy positiva. Tampoco el futuro de las ciudades parece ser muy
esperanzador. Además, está el tema de cómo cambia una pequeña población por una
simple mina: por un lado, esperan la apertura con esperanza, pero por otro nos
encontramos con el daño que hacemos a la naturaleza.
La
arquitectura y el urbanismo siempre han sido un tema importante, pero ahora se
ha acentuado más a causa de la crisis. Teniendo en cuenta que los artistas trabajan
con lo que tienen alrededor, no es sorprendente que muchos de ellos, entre los
cuales está Lara Almarcegui, trabajen sobre este tema. Esta exposición quiere
que tomemos conciencia de las transformaciones que perjudican a la naturaleza y
de los daños irreparables que hacemos sobre ella.
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