jueves, 20 de febrero de 2014

Génesis. Por Sonia Martín Fernández

Según la RAE, dos de las acepciones de la palabra "génesis" son "origen y principio de algo" y "serie encadenada de hechos  y de causas que conducen a un resultado". Ambas hablan de un proceso evolutivo, desde el principio hasta el final; esto es algo que pasa en todos los aspectos de la vida, tanto en las personas como en los procesos naturales de nuestro mundo.

La artista Lara Almarcegui se ha querido centrar en este origen y fin de dos aspectos que afectan a las personas de un modo u otro y las cuales nos hacen reflexionar sobre los cambios que se producen en nuestras vidas con el paso de los años. De este modo, la exposición "por debajo" nos traslada desde una galería prácticamente escondida en Madrid a dos espacios del planeta muy diferentes uno del otro, con los cuales, a su manera, podemos sentirnos identificados y hacer que salgamos de allí reflexionando sobre nuestra vida y los giros en los que en ella se han producido o pueden producirse.

Rocas; algo tan mundano y cotidiano para el ser humano, esos objetos inanimados a los que menospreciamos como algo que no sirve para nada y que, sin embargo forman parte de todo lo que nos rodea. Una simple sucesión de diferentes tipologías de rocas fueron suficientes para la formación de la isla de Spitsbergen en el Ártico y, no solo eso, sino que, actualmente sirven como sustento económico para los habitantes de la misma. Un génesis formado por objetos naturales cuya importancia pasa desapercibida a nuestros ojos y que, de una forma tan sutil han ayudado a la creación de toda una isla, y no solo eso, sino todo un pueblo que se beneficia y subsiste por y gracias a ellas. Este hecho no se queda aislado en una remota isla antártica pues puede ser trasladado a cualquiera de los aspectos más relevantes de nuestra vida o al origen de todas y cada una de las tierras del planeta en las que, actualmente, habitan núcleos de personas; un hecho no aislado que, como vengo diciendo nos remite a un génesis.

Ahora bien, este experimento realizado por la artista tan solo remite a un origen basado en la tipologías de rocas que conforman el génesis de una isla; sin embargo, como bien define la RAE, génesis no sólo es un origen, sino también un proceso que conlleva a un final. Con Casa Enterrada se nos escenifica de forma clara y sutil esta otra definición de la palabra. ¿Qué hay más definitorio de una sociedad qué los lugares construidos para hacer vida en ellos, es decir,  las casas? Una casa conforma todo lo que una persona puede representar en una sociedad concreta, así como su propio desarrollo personal en la misma. En una casa se vive, se sociabilidad y hasta se crece como persona. Por ello, el hecho de demoler una casa y enterrar sus restos mezclándolos con el terreno en el que se encontraba ubicada puede hacernos reflexionar sobre el comienzo y el fin de nuestras vidas. Creo que es el mejor ejemplo que podría haber utilizado la artista.


De esta forma, nos encontramos con una obra sutil, reflexiva y brillante pero escondida a la vista de quienes se centran en una zona de confort con una rutina determinada y monótona; pues, a veces, solo a veces, el dejarse perder por las calles de una ciudad como Madrid, el adentrarse en rincones que parecen escondidos, puede dar lugar a encontrarse con una pequeña galería de arte en la que se nos trasladará a la otra parte del mundo para mostrarnos lo que la palabra génesis puede dar de sí en un ámbito tan diferente y a la vez tan aplicable a nuestra propia vida, con su origen, su destino y su final. 

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