domingo, 9 de febrero de 2014

Los enclaustrados 2014
Ana Lilia Marín López
Nacido en Gijón, Asturias, en 1972, Sala es artista, comisario (Colectivo Curatorial Comission) y editor (revista Sublime). Desde 2001 ha participado en múltiples exposiciones individuales y colectivas. Su trayectoria da cuenta de la coherencia y continuidad de su trabajo, por ejemplo, en mayo de 2012 presentó, en el Museo del Mármol en Carrara, su obra “Distopia: Right Now” dónde abordó la represión de revueltas contra el sistema político, económico y social.
Menos de dos años después nos presenta su trabajo “Locked-in Syndrome” en la galería Ponce+Robles en la emergente zona cultural que rodea al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el cual nos obliga a voltear la mirada a un tiempo sin tiempo (nuestro tiempo) porque no recuerdo ya cuándo fue o si  todos los días hay una revuelta intempestiva, escandalosa ante un público sordo o simplemente automatizado y que ha perdido las claves para interpretar la realidad.
¿Cuál realidad? La que es presentada a través de la mirada del artista que contempla, reflexiona y reacciona a través de su obra ante la violencia del levantamiento social y el ojo enclaustrado del individuo moderno. Fiel a su estilo Sala nos presenta una exposición llena del contexto actual que muestra el agotamiento del sistema capitalista, una espiral en la que seguimos dando vueltas y ¿resistiendo?
El titulo de la exposición viene muy bien al hacer referencia a lo que en español se traduce como el síndrome de enclaustramiento, estado en el que parece estar la sociedad, el individuo, nosotros como público ante el caos, enclaustrados en una mente “consciente”, pero incapaz de comunicarse, de moverse y accionar. Y es que vivimos sin vivir, en un mundo lleno de tecnología, de avances científicos, donde la esperanza de vida es más grande de lo que muchos hubieran imaginado y sin embargo nos comunicamos efectivamente menos. Síndrome que si bien es tratado como tema artístico ya en obras literarias como cinematográficas mostrándonos el drama del personaje, en Sala se presenta el drama colectivo.
“El arte no puede cambiar el mundo, pero si algunas cosas”[1] (en su afán por auto convencerse y convencernos) dice y nos muestra la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Arqueología de la revuelta, los enmascarados, los títeres, la quema de las banderas por los manifestantes, los rebeldes, los que protestan…y todas estas piezas de arte contemporáneo nos re-orientan y nos gritan para echar un vistazo a lo que está ahí, lo que pasa, lo que en un tiempo más pasará a la memoria histórica para bien o para mal y con ello nos invita a adoptar una posición ante dicha realidad.
Las formas que elige para expresar y comunicar son el video, la instalación, el dibujo, la escultura, la pintura, la fotografía y sus neones que se están convirtiendo en un clásico de su obra y que aluden claramente a la influencia de Bruce Nauman. La obra nos alude con el contenido simbólico de lo velado en la sociedad española (sin que tengan la exclusividad), del doble discurso o la doble moral y sentencia Larvatus Prodeo. Como en otras ocasiones usa la palabra escrita como objeto de arte visual, recurriendo frecuentemente al latín para a partir de su universalidad interrogarnos Cui Prodest? Quizá sea en la respuesta más que en la pregunta a dónde el público debería apuntar para intentar discernir si se está en presencia de alguna de esas cosas que el arte puede cambiar.
El artista español y su obra no dejan de estar bajo el influjo de las tendencias contemporáneas de cuestionar el orden ( o mejor dicho el desorden) político, económico y social, y coincide con  la mirada de otros artistas que exponen actualmente como él sus obras en las galerías del Madrid de hoy, sin embargo, su trabajo  se realiza desde una perspectiva de testigo político, estudioso de su pasado en el afán de entender su presente y con una actitud de arengar al público a que eche un vistazo al aquí y ahora.
El artista ha lanzado un proyectil a los enclaustrados, es decir, a esta parte de la sociedad que no es capaz por si misma de discernir y accionar para salir de la espiral de violencia, pobreza y desigualdad en el que seguimos dando vueltas. Esperamos que este proyectil encuentre un blanco que aporte soluciones creativas que permita salir de esta vorágine. Somos nosotros los responsables de nuestro destino.









[1] El Cultural, 2014. Avelino Sala por Fernando Díaz de Quijano en: http://www.elcultural.es/noticias/BUENOS_DIAS/5850/Avelino_Sala consultado el 5 de febrero 2014.

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