lunes, 10 de febrero de 2014

UNA INVITACIÓN A LA REFLEXIÓN.

Andrea Martínez Orejana

Partiendo de las contradicciones que podemos apreciar entre el pensamiento de Avelino con respecto al sistema del mercado del arte, al que él mismo pertenece, nos encontramos frente a un trabajo muy conectado con la actualidad política y social que estamos padeciendo en estos momentos. El título que da nombre a esta exposición “Locked-in Syndrome” nos remite a un término utilizado en medicina, relacionado con las patologías mentales. Alude a un estado en el que el paciente está alerta y despierto pero éste no puede moverse o comunicarse debido a una completa parálisis de casi todos los músculos excepto en los ojos. Parece que esta definición le viene perfecta a Avelino para ajustarla a la situación en la que se encuentra el ciudadano en estos momentos ante la incapacidad de reaccionar a todos los cambios políticos, sociales y económicos que estamos viviendo en nuestra época.

El interés del artista por lo que podemos comprobar a través de esta exposición y otras que ha hecho, es el de crear un arte crítico y comprometido con la sociedad, haciendo reflexionar al espectador sobre todo lo que está sucediendo a su alrededor y tomar conciencia de ello. La exposición de la que hemos podido disfrutar con la presencia del propio artista “in situ” es una continuación de la que hizo hace dos años sobre la barricada cultural denominada “Block House”. La idea de la ocultación es un tema que está muy presente en esta obra. Podemos verlo a través de la capa de Esquilache, que nos remite a un episodio histórico que tuvo lugar en Madrid. Por otro lado, la forma de colocar la capa colgada del techo con una cuerda, es un aspecto interesante de resaltar ya que el artista con ello lo que intenta comunicar es la cuestión sobre la manipulación que podemos extrapolarla de nuevo a nuestro presente. Además de la frase latina que lleva en la espalda, “Lavartus Prodeo”, avanzo ocultándome, incidiendo en esa idea de la que hablaba anteriormente y que también podemos ver a través del video donde se refleja el proceso de escribir con un punzón, a modo de chuleta y de forma clandestina en los bolígrafos bic, la Declaración de los Derechos Perdidos (Humanos).


Al mismo tiempo, Avelino realiza en esta muestra, una exploración de todas las disciplinas: video, instalación, fotografía, escultura o dibujo. Recurre al concepto de ready-made duchampiano, demostrando lo fácil que resulta dar a un objeto un valor simbólico, convirtiéndolo en una pieza. Recoge la herencia del arte conceptual y el minimal y utiliza el neón con la frase “Cui Prodest?” como comunicación visual. Vemos que el artista usa la lengua madre como recurso para insistir en la idea de que hay que conocer el pasado para poder comprender el presente y revisar así la historia. Aunque también es una pregunta con un interés político, ¿quién se beneficia de todo esto? La vinculación con las protestas callejeras no solo se muestra en este trabajo sino en otros anteriores. Con el nombre “Arqueología de las revueltas” reúne en dos vitrinas una serie de pedruscos que ha ido recogiendo de las manifestaciones en varias ciudades donde se originaron los movimientos sociales. No es ni el primero ni el último en introducir este elemento pues Joaquín Segura también juega con esta idea en “Estado de excepción”. La exposición “Lock-in Syndrome” con un fondo arqueológico historicista significativo y con un componente crítico político alto, pone de manifiesto las problemáticas del momento. También nos da una visión acerca de la protesta, la indignación, y para ello Avelino utiliza su mejor arma para expresarse: el arte, pero un arte que conecte con la sociedad como medio de comunicación y que al mismo tiempo sirva como acto de resistencia.

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