viernes, 21 de febrero de 2014

¿Qué es lo que mide un reloj?


¿Qué es lo que mide un reloj?
Irene Salamanca Vaquero

 

¿Qué es lo que mide el reloj? La respuesta obvia sería el tiempo, medimos algo que es inmaterial, que no se puede percibir, pero que sin embargo rodea al individuo. El tiempo es pasado, presente y futuro, es algo que nos lleva a caminar sin saber a dónde o hacia qué o si quiera el porqué, entrando en un ámbito místico, “nos movemos en él, nuestra vida entera se determina a razón de su caminar, sin saber siquiera qué es, de dónde viene o desde cuándo esta aquí”.

El tiempo se recicla en cada instante para ser vivido y revivido, es un ir y venir, un constante movimiento que afecta a todo cuanto existe y que produce transformaciones a lo largo de un sendero que marcará una vida, pero que termina acabando con la muerte, la única certeza que se tiene del tiempo.

El tiempo no pasa en vano, no perdona y ha sido uno de los temas más tratados por los científicos, pero también por numerosos artistas como John Cage y su famoso 4 minutos 33 segundos, una obra musical en la que el tiempo forma parte de su estructura, o como ocurre en el caso de Lara Almarcegui, trasladando esa idea de cambio y transformaciones al ámbito urbano, al ámbito de la ciudad.

Según Aristóteles, “la ciudad (polis) es una de las cosas que existen por naturaleza, y el hombre es, por naturaleza, un animal político”, la ciudad como comunidad natural, pero también como lugar en el que el hombre se desarrolla completamente todos los ámbitos, de aquí su dependencia, una necesidad tal que ha llevado a que exista desde los comienzos de la historia del hombre, mantenida en su Rocas de la Isla de Spitsbergen. Las construcciones se adaptan a las nuevas necesidades, hacen que se busquen nuevas formas y nuevas comodidades, pero siempre con el fin de mejorar su funcionalidad, aunque a cambio suponga una transformación de lo original que había en ese territorio, del territorio natural que allí se encontraba. Como muy bien explicó ella tras el impacto de Escombros y descampados, en la Bienal de Venecia: "Pretendo desmontar la idea idealizada de la arquitectura con toneladas de esos materiales que quedan al demoler un edificio y reducirlo a escombros. Me interesa hablar del lugar donde estamos para entender el entorno, quiero desmontar y analizar la realidad del lugar", todo esto lo consigue en este caso mostrándonos un listado de carácter geológico que había en el territorio antes de la creación de un plan urbanístico y de las explotaciones mineras.

“La vida moderna exige, y está a la espera de un nuevo tipo de plan, tanto para la casa como para la ciudad”, dijo Le Corbusier, el constante cambio en la sociedad obliga a la construcción, pero también destrucción para dejar paso a las nuevas edificaciones, una idea que traslada bastante bien a su Casa enterrada.

Unas edificaciones que se encuentran en decadencia, ya que los arquitectos más nombrados en los medios de comunicación son los que acaparan la mayoría de las obras más importantes, algo que en cierta manera también denuncia esta artista, así como la especulación inmobiliaria y el gran número de viviendas que actualmente se encuentran deshabitadas. Esta artista está dedicada profundamente al uso de materiales como el cemento, el hormigo, el ladrillo, las tejas, la madera, el cristal, la arena, etc. materiales que forman parte de las arquitecturas en las que se presentan sus obras, mostrando en cierto modo la crisis y de la ruina que actualmente hay en el sector inmobiliario.

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