jueves, 13 de febrero de 2014

Discursos Falaces

La publicidad es un arma capitalista creada para fomentar el consumo. Sus campañas deben ser cada vez más ingeniosas y provocadoras para llamar la atención, porque parece que ya no queda nada nuevo por ver. Podríamos situar en esa línea el cartel de la exposición Capitalismo Anal Capitalism, puesto que el color naranja del fondo y la utilización de un lenguaje relativamente vulgar llaman la atención del público en la mayoría de los casos. El mensaje puede resultar un tanto ambiguo, e incluso irónico, porque referirse al capitalismo como "anal" le da un sentido despectivo y sin embargo, está utilizando sus mismos medios para hacerse ver. La expresión "Capitalismo Anal" surgió en una conversación entre K. Silverman y H. Faroki a propósito de la película de Godard, Weekend, a la que Badiola homenajea en una de sus obras. Aquí utiliza esa expresión para manifestar que la sociedad capitalista exige un tipo de consumo en el que todo, incluida la cultura, es ingerido rápidamente, sin disfrutarlo, y todo lo que se genera es deshecho. Esta dimensión del deshecho y el disfrute efímero dan lugar a un nuevo consumo que retroalimenta el proceso.
La referencia a lo escatológico no debe confundir al espectador, pues no va a ver nada que aluda directamente a ello. El juego de Badiola es mucho más profundo. Siguiendo la línea del arte conceptual, utiliza la palabra como elemento principal de parte de su obra. Un buen ejemplo de ello es la pieza principal, Entelequia. El título cita un concepto aristotélico que puede significar a la vez que algo está trabajando activamente en sí mismo, o que es irreal. La pieza está conformada por dos partes: Una es un gran panel de acero que nos remite a una valla publicitaria y la otra es un vídeo en el que varias personas leen dos textos de Freud y Montignac que han sido traducidos a varios idiomas hasta que su significado ha cambiado totalmente. Al leerlos, se produce un discurso de gran sonoridad, pero vacío de significado. Con ello se despierta una reflexión acerca de los distintos tipos de discurso del momento, desde la publicidad a la política. Otra pieza importante que alude al concepto de deshecho, e incluso al ready-made y al collage es Les Limits, realizada con imágenes, madera, plástico y hierro galvanizado, que de nuevo puede aludir visualmente a un cartel publicitario. Por último encontramos varias piezas tituladas Capitalismo Anal, donde se mezclan planchas de acero galvanizado, pintura, imagen y fragmentos de frases.
La exposición de Badiola no es fácil de comprender. Es muy hermética en sí misma y no se entiende de un vistazo, sino que necesita a un espectador activo que se tome su tiempo y reflexione, no sólo sobre la obra sino todo lo que ésta le sugiera. Aunque puede ser desconcertante en un primer momento, evita precisamente que la cultura sea ingerida de una forma demasiado rápida. Si se comprende bien, puede operar un cambio en el espectador, no sólo en la forma en la que entienda los discursos de la política o la publicidad, sino en la forma en la que a veces inconscientemente se le da más importancia a demostrar que se ha asistido a un cierto evento social, en vez de lo que supone a nivel cultural. Crear conciencia de la artificialidad de lo que nos rodea, esa es la clave, independientemente de que haya quien pueda juzgar como cínico que sus obras critiquen al capitalismo cuando la adquisición de las mismas forma parte de su trabajo.

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