ConcienciArte
Nerea Prado Ibiricu
El
abuso de poder, la injusticia y la reivindicación social son
realidades que se pasean con demasiada frecuencia por nuestra
cotidianeidad. Tanta, que las vemos sin mirar, como una suerte de
angustia personal contra la que nos hemos resignado a no luchar
porque creemos que no podemos vencer. Dondequiera que miremos,
encontraremos las mismas imágenes: Barricadas, revueltas, protestas,
brutalidad, insatisfacción. La cantidad es alarmante y su
consecuencia, aún más. En lugar de indignarse, el sujeto
contemporáneo se aburre ante la saturación de una realidad más que
vista y gira la cabeza hacia otro lado. Ignorar es más sencillo que
intentar cambiar el mundo. No es la primera vez que un artista
intenta cambiar esa actitud. Es bien conocida para el imaginario
popular La
Libertad Guiando al Pueblo y
su significado se percibe de forma muy clara. Avelino Sala intenta
seguir esa trayectoria y despertar al individuo de su particular
Locked-in
Syndrome,
y así lo manifiesta el título de su exposición.
Para
cumplir su cometido utiliza el ready-made
y en especial el conceptual y el minimal,
que no quedan muy lejos de las confrontaciones internacionales y el
Mayo del 68, por lo que en su origen existe cierta carga política.
La sencillez estética de estos estilos contrasta con una gran
complejidad intelectual. Sala toma una pequeña parte para explicar
un todo, haciendo que no pensemos en un acontecimiento concreto, sino
en una idea general de la revuelta y las circunstancias que la
rodean. El espectador es más libre para interpretar y relacionar
ideas, en vez de estar condicionado por circunstancias
socio-políticas de un país o región concretos. Sala se muestra
brillante en Clandestino,
enseñando con ingenio como se vulnera la Declaración de los
Derechos Humanos. Por si se nos ocurre ignorarlo, rasca en nuestra
conciencia y se mete en nuestros oídos, como diciendo que los
Derechos Humanos aún están ahí, y que no están siendo escuchados.
Para hacernos llegar el mensaje utiliza bolígrafos, un "arma"
que sirve para transmitir conocimiento de forma clandestina, para
eliminar un derecho a base de tacharlo e incluso para reescribir la
Historia. Y está al alcance del pueblo. Ésto es lo que quiere. Sin
embargo, es posible que respecto a una parte de su trabajo, sigamos
viendo sin mirar.
La
complejidad intelectual aunque bien intencionada, a veces nos pone
trabas. La alusión al latín en las obras Qui
Prodest?
y Larvatus
Prodeo
pueden hacernos pensar en los orígenes de la retórica y su relación
con la política, pero es posible que el significado más profundo se
nos escape. Así, una de las obras más potentes de la exposición,
la que nos hace pensar a quién beneficia la situación actual
(Además de hacerle un guiño a George Claude y Bruce Nauman), se ve
atendida en cierta medida sólo porque brilla. Es muy probable que el
espectador medio se sienta desconcertado al no encontrar cartelas,
que el artista ha obviado con su mejor intención. Pero que no
lleguemos a entenderlo no es sólo su "culpa". La sociedad
en general no ha tenido tiempo (o interés) de asimilar el arte
contemporáneo porque sin querer, la idea más extendida sobre él es
que intenta ser transgresor siendo absurdo. Como somos animales de
costumbres, seguimos sin cambiar esa idea y buscamos lo que
entendemos como arte en los mismos sitios de siempre. No es muy común
pensar que se puede entrar en una galería de arte si no se va a
comprar algo. Y así, un trabajo que podría mover muchas más
conciencias, permanece silenciado en un Locked-in
Syndrome
al que nosotros le hemos confinado por seguir encerrados en nuestra
propia ignorancia y enfermedad. Tal vez el arte de Sala no logre
cambiar el mundo, pero sí mover algunas conciencias y poner de
relieve ciertas patologías si le damos la oportunidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario