lunes, 10 de febrero de 2014

ConcienciArte

Nerea Prado Ibiricu

El abuso de poder, la injusticia y la reivindicación social son realidades que se pasean con demasiada frecuencia por nuestra cotidianeidad. Tanta, que las vemos sin mirar, como una suerte de angustia personal contra la que nos hemos resignado a no luchar porque creemos que no podemos vencer. Dondequiera que miremos, encontraremos las mismas imágenes: Barricadas, revueltas, protestas, brutalidad, insatisfacción. La cantidad es alarmante y su consecuencia, aún más. En lugar de indignarse, el sujeto contemporáneo se aburre ante la saturación de una realidad más que vista y gira la cabeza hacia otro lado. Ignorar es más sencillo que intentar cambiar el mundo. No es la primera vez que un artista intenta cambiar esa actitud. Es bien conocida para el imaginario popular La Libertad Guiando al Pueblo y su significado se percibe de forma muy clara. Avelino Sala intenta seguir esa trayectoria y despertar al individuo de su particular Locked-in Syndrome, y así lo manifiesta el título de su exposición.

Para cumplir su cometido utiliza el ready-made y en especial el conceptual y el minimal, que no quedan muy lejos de las confrontaciones internacionales y el Mayo del 68, por lo que en su origen existe cierta carga política. La sencillez estética de estos estilos contrasta con una gran complejidad intelectual. Sala toma una pequeña parte para explicar un todo, haciendo que no pensemos en un acontecimiento concreto, sino en una idea general de la revuelta y las circunstancias que la rodean. El espectador es más libre para interpretar y relacionar ideas, en vez de estar condicionado por circunstancias socio-políticas de un país o región concretos. Sala se muestra brillante en Clandestino, enseñando con ingenio como se vulnera la Declaración de los Derechos Humanos. Por si se nos ocurre ignorarlo, rasca en nuestra conciencia y se mete en nuestros oídos, como diciendo que los Derechos Humanos aún están ahí, y que no están siendo escuchados. Para hacernos llegar el mensaje utiliza bolígrafos, un "arma" que sirve para transmitir conocimiento de forma clandestina, para eliminar un derecho a base de tacharlo e incluso para reescribir la Historia. Y está al alcance del pueblo. Ésto es lo que quiere. Sin embargo, es posible que respecto a una parte de su trabajo, sigamos viendo sin mirar.


La complejidad intelectual aunque bien intencionada, a veces nos pone trabas. La alusión al latín en las obras Qui Prodest? y Larvatus Prodeo pueden hacernos pensar en los orígenes de la retórica y su relación con la política, pero es posible que el significado más profundo se nos escape. Así, una de las obras más potentes de la exposición, la que nos hace pensar a quién beneficia la situación actual (Además de hacerle un guiño a George Claude y Bruce Nauman), se ve atendida en cierta medida sólo porque brilla. Es muy probable que el espectador medio se sienta desconcertado al no encontrar cartelas, que el artista ha obviado con su mejor intención. Pero que no lleguemos a entenderlo no es sólo su "culpa". La sociedad en general no ha tenido tiempo (o interés) de asimilar el arte contemporáneo porque sin querer, la idea más extendida sobre él es que intenta ser transgresor siendo absurdo. Como somos animales de costumbres, seguimos sin cambiar esa idea y buscamos lo que entendemos como arte en los mismos sitios de siempre. No es muy común pensar que se puede entrar en una galería de arte si no se va a comprar algo. Y así, un trabajo que podría mover muchas más conciencias, permanece silenciado en un Locked-in Syndrome al que nosotros le hemos confinado por seguir encerrados en nuestra propia ignorancia y enfermedad. Tal vez el arte de Sala no logre cambiar el mundo, pero sí mover algunas conciencias y poner de relieve ciertas patologías si le damos la oportunidad.

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