lunes, 10 de febrero de 2014

ManifestArte



Lucía Weinrichter Roncero

El arte contemporáneo desde las vanguardias está fundamentado en la crítica de una situación o de un hecho; las vanguardias históricas expresaban el malestar provocado por la guerra y el  arte actual no ha perdido ese sentido de criticar las injusticias del mundo. La labor del artista es mostrar esa visión de lo que vivimos pero desde una perspectiva distinta. Por tanto, en la actualidad el arte es por definición, arte político, es un arte de la reivindicación, la revolución, la revuelta y la manifestación. Un artista que se ha interesado especialmente en este último concepto es Avelino Sala (Gijón, 1972), artista, comisario y escritor, muestra este interés en las manifestaciones en la exposición “Locked in Syndrome” presentada en la Galería Ponce+Robles. En la muestra a través de diversas disciplinas como el video, la instalación, la fotografía, la escultura y el dibujo nos ofrece una reflexión en clave nostálgica sobre la pervivencia de un pasado revolucionario en la memoria colectiva del presente. Con esta exposición Sala hace una crítica a las autoridades como en una manifestación: curiosamente usamos la misma palabra para manifestación como protesta por parte de la población y para las creaciones de arte, manifestación artística. La diferencia es que el artista, por suerte, no va a pasar la noche en el calabozo.

En la muestra todos los elementos establecen un dialogo entre sí. En primer lugar vemos una capa española colgando de una soga y frente a ella todos los demás elementos. La capa aparece como metáfora de la autoridad y el resto de elementos luchan o se resisten contra esa entidad. La primera obra que se opone a esa capa es la instalación de la Arqueología de la Revuelta. Para esta obra Sala se dedicó a recoger piedras lanzadas en las manifestaciones y revueltas políticas producidas a partir de 2010 en diversas partes del mundo. Esta instalación con carácter de ready-made, presenta estos pedacitos de Historia con toda la parafernalia museística. Para exponerlas, Sala crea una urna a medida, con una obsesión fetichista sobre la que coloca estas piedras sobre terciopelo con su cartela correspondiente. Es una suerte de homenaje a todas las personas que participaron en esas manifestaciones, partiendo de Egipto con la primavera árabe, como punto de partida que dio arranque a las oleadas de protestas que se han extendido por todo el mundo: España con el movimiento de los indignados del 15-M, EEUU con el movimiento Ocupy Wall Street o Grecia con los Aganaktismenoi El sujeto que participa en la manifestación también sirve de inspiración para Sala, uno de ellos es retratado  y se muestra en la exposición. Sobre estas personas se pregunta en otra obra Cui Prodest?, del latín, ¿Quién se beneficia? Estas letras de neón clavadas en la pared (obra que hereda un método popularizado por el artista Bruce Nauman) actúan como llamada de atención. Para darle mayor énfasis Sala recurre al latín poniendo de manifiesto una vez más la importancia de tener presente el pasado (latín, como lengua muerta por excelencia) para entender la actualidad.

La época en la que vivimos es de malestar generalizado, y el malestar lleva a la protesta, y si protestamos es porque en mayor o menor medida no se están respetando los derechos humanos, esa vida digna que se reclamaba en 1948 en la Asamblea de Naciones de París. Esos derechos humanos que en algún momento se nos explicaron en clase de Historia, que estudiamos para el examen y después, probablemente, hemos olvidado, son reproducidos por Sala en la obra de los bolígrafos Bic. Los treinta artículos son plasmados meticulosamente en treinta bolígrafos y se acompañan por una instalación en video que muestra en bucle el proceso de creación de la obra. Esa idea de reiteración del video pone de manifiesto como los derechos humanos deben estar presentes en todo momento, la importancia de conocer el pasado, reescribirlo y aplicarlo a la actualidad. Los derechos humanos deberían de estar presentes y asimilados en nuestra vida diaria sin embargo se quebrantan a todas horas y en todas partes. Esta obra cierra la exposición y permite que todos los elementos tengan sentido, los elementos de protesta por los derechos humanos frente a la autoridad, que era esa capa castellana.

El titulo, Locked in Syndrome, es un término que surge de Freud. Se refiere al individuo que sufre de una condición en la que es consciente pero no es capaz de moverse ni de hablar. Con este título Sala hace una crítica ácida a aquellos individuos que ante injusticias o situaciones como la crisis adoptan la posición del inmovilismo y pasividad, pero defenderse detrás de una barricada no es suficiente. El arte político permite romper esas barreras y abrir nuevas perspectivas, la pregunta es si ese arte está destinado a llegar al museo o no.

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