jueves, 27 de febrero de 2014

El poder sobre ti

Violeta Herranz Martínez

Hace mucho tiempo que Karl Max escribió “Es capital” en donde se asentaron las bases económicas de una sociedad capitalista y que la finalidad del mismo, era conseguir una mejora en las condiciones de trabajo de las personas más desfavorecidas del momento, la clase obrera. Sin embargo, Max ha caído en el propio sistema, sin ser el autor el causante, debido al valor que ha adquirido en la actualidad el libro que creó. 
Esta es una de las muchas paradojas que muestra la exposición de Cristina Lucas en el Matadero, una llamada de atención o una bofetada de realidad que nos domina y al mismo tiempo nos rodea. En base a una gran muestra de fotografía que la artista comenzó a cultivar después de haberse dedicado a las performance y al happening, pasando de un arte más efímero a algo más material con mensajes más directos, pero siguiendo con un carácter performativo.
Pero cuando observas las obras como únicas protagonistas de la sala a oscuras, pareces estar observando carteles publicitarios que puedes encontrare en la calle por cualquier lugar a donde vayas, algo que sin duda no le quita carácter artístico. Pero la artista parece haber recurrido a ese sentido de la publicidad que reina en nuestros días, instrumento que crea necesidades, aunque verdaderamente no las tengamos. Con mensajes como la riqueza material, el hecho de tener que llegar a ese nivel de vida sin importar como lo consigamos o las consecuencias que ello pueda tener. Algo que parece que solo lo material pueda darnos la felicidad y nos lo valores o el conocimiento que pueda llegar a tener una persona a base de su esfuerzo, y del mismo modo, la comodidad que te da el lujo o el bienestar innecesario que crean este tipo de mensajes. El valor que le damos a las cosas, que cuando están viejas o rotas lo más cómodo es deshacernos de ellas, algo que sin duda nos inculca el consumo irrefrenable. Aquí la paradoja reside en que los recursos de los que el mundo dispone no son suficientes para todos, o más bien, no están repartidos equitativamente de manera que toda la multitud de personas que vivimos en el mundo pueda beneficiarse de dichos recursos. Y sin embargo, todos aspiramos a un modelo de vida basado en el consumo de bienes y servicios. También destacar como la mujer ha sido dominada por el sistema capitalista a una imagen de mujer - objeto, sometidas a estados patriarcales y relegadas a una vida en segundo plano en pos de la imagen del hombre, y que por tanto, en esta muestra se puede ver un aspecto feminista. 

Otro aspecto son los nombres y logotipos que se juntan en el cartel de la exposición y ya dentro de la sala cada uno individualmente, lo que nos puede llevar a pensar si realmente somos los peones de las grandes empresas que dominan la economía de un país que indirectamente, a través del efecto que en nosotros producen sus mensajes y que nos dicen el tipo de vida que tenemos que llevar o alcanzar, que es lo más correcto siguiendo los intereses personales de cada empresa. Y que cuando estas quiebran repercute directamente a toda la sociedad, cambiando de nuevo el modo de vida de los habitantes de todo un país.  En definitiva, ¿Quién nos gobierna, el estado o las grandes empresas? 

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