lunes, 10 de febrero de 2014

LA MANIPULACIÓN DE LAS MARIONETAS

Nerea Delgado Hervás

Las rebeliones como consecuencia de la lucha por la libertad son un tema recurrente y que cobra importancia como forma reivindicativa en la Historia del Arte. Por supuesto, el arte contemporáneo no se queda a la zaga sino que continúa dando muestras de ello.

Ante la incapacidad del ciudadano de a pie para reaccionar ante los continuos cambios políticos, económicos y sociales de la época en la que se encuentra inmerso, quizás lo más adecuado fuera preguntarnos: ¿Somos nosotros mismos quienes manejamos los hilos de nuestras vidas en el pasado y en el presente? ¿El pasado y en general la historia de la humanidad, es de todos o de unas pocas personas con poder? ¿Qué nos depara nuestro futuro? ¿Conseguiremos cambiarlo? Hoy día, principalmente gracias a la situación político-social, las personas estamos viviendo en una especie de circo mediático en el que somos manejados como “marionetas” por ciertas personas e instituciones poderosas, que nos utilizan en su propio beneficio sin contar con el daño y las repercusiones que esto supone.

Pero esta situación no es solo una circunstancia del presente sino que se viene repitiendo a lo largo de la historia y a lo largo del tiempo, aunque el fondo de la cuestión no cambie, sí lo hace el método seguido por estas “marionetas” para resaltar las injusticias y provocar un cambio. Esto es lo reflejado en la exposición “Locked-in syndrome”,  de Avelino Sala, que la Galería Ponce+Robles nos ofrece.

En la exposición presenciamos las reflexiones del artista asturiano a través de una pequeña muestra de siete obras perfectamente hiladas y entretejidas entre sí. Estas piezas son: “Arqueología de la revuelta”; bolis Bic grabados con los artículos de la Declaración de los Derechos Humanos; la frase “Cui prodest?” en neón; una capa española con la frase “Larbatus Prodeo”; dos dibujos del enmascaramiento de las personas; un vaciado en bronce de una piedra procedente de una manifestación en Italia junto con un dibujo de adoquines e imágenes veladas y desactivadas de la quema de la bandera.  El autor nos acerca a la realidad a través del uso de elementos que nos son de sobra conocidos, como puede ser un boli Bic. Al igual que haría Marcel Duchamp con los ready-made, Avelino Sala eleva elementos u objetos cotidianos a la categoría de arte.

El artista encuentra en la exposición una manera de enfrentarse a la realidad, a los problemas actuales de su historia personal y colectiva, del momento presente y del pasado a través del arte. Es este un autor comprometido con el arte y con la vida, que crea con la pasión de que el espectador disfrute sus obras y las reflexiones que surgen de ellas, un artista indignado con lo que hemos vivido y estamos viviendo y que lucha con su arte, mediante un discurso crítico-político, aun a sabiendas de que no será capaz de cambiar el mundo pero sí de mover conciencias. Este razonamiento nos mete de lleno en el miedo, la preocupación y la inseguridad de las “marionetas” al darnos cuenta del pozo sin fondo en el que estamos sobreviviendo.


Mucho más allá de los objetos que podamos encontrar en la exposición, el arte contemporáneo siempre ha tenido una doble intención. Además de la mera exhibición de piezas artísticas, nos hace reflexionar acerca de su significado. Es ahí donde creo que radica el talón de Aquiles de la exposición, la falta de compresión de las obras a simple vista. Para llegar a tener un conocimiento o una idea de lo que el artista nos sugiere es necesario fijarse muy bien en cada pieza, imaginar y tratar de analizarla buscando un significado en nuestra memoria cultural, así una vez reunidas varias ideas quizás, y solo quizás, podríamos llegar a una comprensión acertada.

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