LA MANIPULACIÓN DE LAS MARIONETAS
Nerea Delgado Hervás
Las rebeliones como consecuencia
de la lucha por la libertad son un tema recurrente y que cobra importancia como
forma reivindicativa en la Historia del Arte. Por supuesto, el arte contemporáneo
no se queda a la zaga sino que continúa dando muestras de ello.
Ante la incapacidad
del ciudadano de a pie para reaccionar ante los continuos cambios políticos,
económicos y sociales de la época en la que se encuentra inmerso, quizás lo
más adecuado fuera preguntarnos: ¿Somos nosotros mismos quienes manejamos los
hilos de nuestras vidas en el pasado y en el presente? ¿El pasado y en general
la historia de la humanidad, es de todos o de unas pocas personas con poder?
¿Qué nos depara nuestro futuro? ¿Conseguiremos cambiarlo? Hoy día,
principalmente gracias a la situación político-social, las personas estamos
viviendo en una especie de circo mediático en el que somos manejados como
“marionetas” por ciertas personas e instituciones poderosas, que nos utilizan en
su propio beneficio sin contar con el daño y las repercusiones que esto supone.
Pero esta situación no es solo una
circunstancia del presente sino que se viene repitiendo a lo largo de la historia
y a lo largo del tiempo, aunque el fondo de la cuestión no cambie, sí lo hace el
método seguido por estas “marionetas” para resaltar las injusticias y provocar
un cambio. Esto es lo reflejado en la exposición “Locked-in syndrome”, de Avelino Sala, que la Galería Ponce+Robles
nos ofrece.
En la exposición presenciamos las
reflexiones del artista asturiano a través de una pequeña muestra de siete
obras perfectamente hiladas y entretejidas entre sí. Estas piezas son: “Arqueología
de la revuelta”; bolis Bic grabados con los artículos de la Declaración de los
Derechos Humanos; la frase “Cui prodest?” en neón; una capa española con la
frase “Larbatus Prodeo”; dos dibujos del enmascaramiento de las personas; un vaciado
en bronce de una piedra procedente de una manifestación en Italia junto con un
dibujo de adoquines e imágenes veladas y desactivadas de la quema de la
bandera. El autor nos acerca a la
realidad a través del uso de elementos que nos son de sobra conocidos, como
puede ser un boli Bic. Al igual que haría Marcel Duchamp con los ready-made, Avelino
Sala eleva elementos u objetos cotidianos a la categoría de arte.
El artista encuentra en la
exposición una manera de enfrentarse a la realidad, a los problemas actuales de
su historia personal y colectiva, del momento presente y del pasado a través
del arte. Es este un autor comprometido con el arte y con la vida, que crea con
la pasión de que el espectador disfrute sus obras y las reflexiones que surgen
de ellas, un artista indignado con lo que hemos vivido y estamos viviendo y que
lucha con su arte, mediante un discurso crítico-político, aun a sabiendas de que
no será capaz de cambiar el mundo pero sí de mover conciencias. Este
razonamiento nos mete de lleno en el miedo, la preocupación y la inseguridad de
las “marionetas” al darnos cuenta del pozo sin fondo en el que estamos
sobreviviendo.
Mucho más allá de los objetos que
podamos encontrar en la exposición, el arte contemporáneo siempre ha tenido una
doble intención. Además de la mera exhibición de piezas artísticas, nos hace
reflexionar acerca de su significado. Es ahí donde creo que radica el talón de
Aquiles de la exposición, la falta de compresión de las obras a simple vista. Para
llegar a tener un conocimiento o una idea de lo que el artista nos sugiere es
necesario fijarse muy bien en cada pieza, imaginar y tratar de analizarla
buscando un significado en nuestra memoria cultural, así una vez reunidas
varias ideas quizás, y solo quizás, podríamos llegar a una comprensión
acertada.
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