jueves, 20 de febrero de 2014

LA CÁRCAVA DEL ESCOMBRO

Andrea Martínez Orejana


Deudora de los nuevos comportamientos artísticos de finales de los sesenta y defensora de la evolución en el arte hacia una visión procesual más que objetual, Lara Almarcegui es reconocida internacionalmente por sus series de demoliciones, autoconstrucciones y descampados. Este último tema despertó gran interés en la artista a raíz de pasar una temporada en Ámsterdam, donde empezó a leer y realizar proyectos sobre estos lugares marginados. Lugares que le transmitían un sentimiento de familiaridad y cercanía con su pasado, pues creció en las afueras de una ciudad donde había descampados en los que de niña jugaba. Lara trabaja desde y para el espacio, fundamentalmente, en constatar  la decadencia de la arquitectura y el urbanismo. Dos aspectos que tienen un enorme peso y consecuencia en la crisis de especulación económica e inmobiliaria que vivimos actualmente. Los objetos como dice ella, apenas le interesan mientras que su obsesión reside en los lugares y en su relación activa con ellos. Lara se opone, como muchos otros artistas, a la idea tradicional del arte: producir objetos con el único fin de ser exhibidos en galerías o exposiciones. Dato que choca con su forma de actuar puesto que, para que su obra llegue a tener una repercusión o sea conocida por el público, precisamente, ha tenido que insertarla en un espacio privado como es la galería Parra & Robles.

Volviendo al término que empleó Marchán Fiz para designar a todo el conjunto de artistas que se caracterizaban por recuperar y expandir, llevando al límite, el legado de Marcel Duchamp, esos nuevos comportamientos artísticos, están presentes en los proyectos de Lara Almarcegui aunque con algunos matices. En primer lugar Lara es fiel al concepto defendido por el arte povera, un arte como decía Celant relacionado con el devenir, la transformación y el proceso. Además de entender el arte como una actitud a la que se le puede dar forma. Estas ideas aparecen reflejadas en el video Casa Enterrada, Dallas 2013 donde se reproduce el proceso de transformación de la casa ligado a su demolición hasta convertirse en escombros y arena. Aunque no se considera, seguidora del land art, es inevitable que se la incluya dentro de este movimiento, por lo menos para demostrar cuáles son sus diferencias con respecto a éste. La idea de la conquista de nuevos espacios que propugnaba el land art realmente no aparece en esta exposición puesto que, utiliza un espacio ya conquistado, en este caso, por una vivienda. La idea de dejar una huella impresa en el territorio no es algo que le atraiga pero de alguna forma si que crea esa estela a partir de la arena y escombros que quedan visibles en el espacio. Por otro lado la artista realiza sus intervenciones en paisajes “accesibles” a pesar de que le cueste conseguir permisos para ello. En cuanto a su trabajo, no versa sobre ecologismo, sino más bien sobre arquitectura y su crítica hacia ésta. Por último el conceptual es inmanente a su arte, dándole más peso a la idea que al objeto en sí mismo.


Almarcegui inaugura esta exposición, Por debajo, demostrando una evolución en su obra desde el escombro al enterramiento. La idea es reflexionar sobre el futuro del barrio de Dallas que está pasando por serias transformaciones urbanísticas y al mismo tiempo conectar investigación y arte. Siendo consciente de la poca utilidad práctica que tienen sus trabajos, el interés de sus proyectos residen en hacer reflexionar al espectador sobre la construcción y el funcionamiento de una ciudad. Así como expresar por medio del listado de rocas de la isla de Spitsbergen su oposición a las prácticas mineras que se quieren llevar a cabo en esta isla. Una artista en definitiva, muy comprometida con su tiempo y lo que sucede a su alrededor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario