Yolanda González Núñez
Si hay algo
imprescindible para el desarrollo y progreso en la sociedad es la necesidad de
reflexión y autocrítica. Las sociedades occidentales deben su identidad, en
gran parte, al sistema económico que las rige, el capitalismo. Éste y el hombre
occidental son dos realidades que caminan de la mano.
¿Qué
implica el sistema capitalista en el desarrollo de la actual sociedad? Para
analizar este fenómeno se debe indagar en los motivos por los que el mercado se
rige de una manera estructurada. Entre sus bases destacan una serie de
principios jerarquizados por multinacionales que controlan de forma directa el
desarrollo del mercado. Consecuentemente, la explotación de recursos y
servicios condiciona a los sectores minoritarios. La desventaja de este modelo
económico es que pueden dar lugar a estrategias comerciales poco éticas
destinadas a aumentar el consumo. Un ejemplo de ello es el fenómeno denominado “obsolescencia
programada”, donde el fabricante limita la vida útil de sus productos con el
fin de favorecer su reposición. De este modo se logra presentar una cuota de
mercado constante y permanente, asegurando siempre su propio beneficio.
Sin embargo
lo verdaderamente preocupante es la actitud desarrollada por el ciudadano
occidental, al margen de las estrategias empresariales. El ciudadano se ve incitado
al consumismo influenciado por el marketing, creando una necesidad inexistente
que pasa a ser imprescindible. Es ahora, en el momento en que la economía pasa
momentos difíciles cuando la sociedad comienza a ser consciente y crítica en lo
que a consumo se refiere. Esto da lugar a una priorización de productos y
servicios que inducen a una fractura en el mercado. Sectores como la cultura y
el arte sufren su repercusión, y sin pasarlo por alto, algunos creadores asumen
este tema en sus proyectos.
Txomin
Badiola es uno de esos artistas que, lejos de evitar temas incómodos y abiertos
a crítica, hace de ellos su principal discurso. La Galería Moisés Pérez de
Albéniz, a la que está asociado, presenta actualmente su última producción Capitalismo Anal Capitalism. La
materialidad de las obras se basa, principalmente, en chapas de acero coloreadas
y dispuestas sobre las paredes al modo tradicional. Sin embargo, el factor
destacado viene dado por el juego creado a través de los volúmenes y el
lenguaje, dando lugar a un significado desconcertante. Toma valor cada obra más
allá de lo estético, con tendencia a la desfragmentación, estableciendo un
paralelismo con la actual situación que vive el arte y el sistema. Este cúmulo
de ideas se materializa en la obra Entelequia,
término en torno al que gira la paradoja de lo real y lo irreal. Txomin ha
hecho del juego con el lenguaje otro recurso de creación para su obra Primer Proforma, presentada en el 2010. Variando
entre lo veraz y lo supuesto, experimentó a través de dos textos base la
deformación que podían sufrir al ser sometidos a la variación del idioma,
mutando el significado final.
Pese a todo lo dicho, es paradójico observar que este discurso nace
desde el propio contexto capitalista. Y aunque se critica públicamente, no se
toma conciencia real y aplicada a la vida cotidiana. Siguiendo las palabras del
máximo representante del budismo, el Dalai Lama, se debería tener presente: “Lo que
más me sorprende del hombre occidental es que pierden la salud para después
ganar dinero, después pierden dinero para ganar salud. Y por pensar ansiosamente
en el futuro no disfrutan el presente, por lo que no viven ni el presente ni el
futuro. Y viven como si no tuviesen que morir nunca, y mueren como si nunca
hubieran vivido”.
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