martes, 25 de febrero de 2014

DONDE SE ESCONDE EL AIRE

María de Antonio Aguirre

Desde una postura altamente crítica Lara Almarcegui nos invita a que paseemos la mirada por aquellos lugares creados por la mano del hombre. A lo largo de la historia el ser humano ha potenciado su habilidad para construir su refugio, pero lo que nació como un modo de protección contra las inclemencias del tiempo ha derivado en una actuación que arrasa con nuestro medio de vida. El espacio, el lugar, el terreno, el entorno - un inagatoable listado de términos espaciales - constituyen para la artista el punto de partida de su obra. Almarcegui juega con el potencial de lo efímero interviniendo sobre un espacio que, lejos de tener un significado concreto, genera distintos motivos de actuación. Se trata de un diálogo abierto en el que el tiempo actúa de protagonista conformando un amplio marco sobre el que sustentar el potencial de la obra.
El valor de lo pasajero y el aprendizaje de lo instantáneo. Como en una fotografía, la artista juega con el potencial de lo efímero para intervenir sobre zonas contaminadas por el hombre. Aristóteles nos enseñó que el mundo está repleto de cambios y que la vida avanza detrás de una constante transformación. Solo hay un elemento inmutable, el propio cambio, verdadero pilar sobre el que sustenta la mayor parte de la filosofía de Lara. Mediadora entre el espacio y la conciencia contempla el terreno y lo llena de posibilidades convirtiendo esos <<lugares vacíos>> en espacios repletos de historias e intenciones. Almarcegui no intenta cambiar el lugar si no que el lugar la cambie a ella -afirmaba en una entrevista- puesto que sabe que muchas veces sus acciones no cumplirán sus propósitos de actuación. Su preocupación es concienciar al ciudadano y su medio de difusión la esfera artística.
Sustentado en una fuerte base de documentación crea un discurso que desemboca en lo que hoy conocemos como arte de acción, fruto engendrado en las prácticas artísticas de los 60's y los 70's, pero aquí con un enfoque más directo a través de la deconstrucción de los códigos que estructuran la explotación del terreno urbano, problema muy arraigado en nuestro país. Aunque su trabajo se asemeje con el ámbito científico Almarcegui se moverá sobre el pavimento del mundo del arte para denunciar las atrocidades que se cometen contra estos lugares olvidados. Ha sido etiquetada como activista de Green Peace ¿pero no es antinatural sepultar bajo tierra un montón de escombros? Casa Enterrada y Rocas de la Isla de Spitsbergen, los dos últimos proyectos que presenta en Madrid iniciados en 2012 y concebidos como actuaciones imposibles, han podido efectivamente llevarse a cabo. Underneath va un paso más allá en su proyecto, enterrar una casa en el propio solar donde fue construida es un acto más que difícil de realizar, y otro tanto ocurre con la identificación de las piedras de una isla entera. Su trabajo involucra a mucha gente, requiere de subvenciones y permisos, y está destinado indudablemente a un público especialmente interesado en el tema de la especulación del suelo. El problema radica, una vez más, en la sentencia que los discursos imponen sobre la realidad. Lara Almarcegui pondrá voz a aquellos lugares que se encuentran olvidados, estancados en un momento de incertidumbre que nos ciega ante lo que han sido y son sus posibilidades, lugares donde se esconde el aire y una insaciable red de entramados bursátiles.

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