Lara
Almarcegui. Por debajo Laura
de Antonio López
Tal y como Robert Smithson muestra
en su obra Espiral jet una
preocupación por el devenir de la naturaleza en el tiempo como un estudio de la
ruina, el desgaste o el desorden; Lara Almarcegui en su exposición Por debajo muestra también su inclinación
por ese tipo de transformaciones que se producen en una arquitectura de tipo
masiva y global, la cual siempre es provisional en el tiempo, pero que mientras
está presente es desvastadora.Es así como en los espacios de descampados, esta
artista encuentra la gran presencia que tiene el escombro, que se muestra
caótico, pero con un orden en su acumulación desordenada, pues en sí mismo conforma
un montículo, en donde cada objeto de desecho contiene parte de una obra de
arte completa para Lara Almarcegui, un tipo de Land Art que se estructura a través de escombros. Este tipo de
realización es ajena pero puede compararse con el Land Art, en base a que juega con elementos que se encuentran en la
naturaleza, aquella que está presente en dichos descampados.
La
obra Rocas de la Isla de Spitsbergen
ha sido realizada a través de un estudio de tipo geológico, así como se
realizan estudios del número de habitantes que ocupan cierto espacio, Lara
propone un estudio de las rocas, así como de sus divisiones en cuanto a
características y nombres. Subyace en esta obra la idea de un recuento
meramente científico, así como remitirnos a lo primigenio de la tierra que
pisamos cada día, concretamente la que se puede pisar en esta isla. Así como
también contiene este estudio un aire de tipo filosófico si nos centramos en
remitirnos al pasado, en un tiempo en el que no existían las grandes ciudades
de ahora y todo era tierra nueva, llena de este tipo de rocas y más. Al mismo
tiempo, se realiza un discurso sobre la actividad minera de la isla, sobre qué
puede dejar de existir si la acción minera se expande. A la larga, qué es lo
que perderemos tras nuestro paso de forma masivo por la tierra, y en concreto en
esta isla.
También
en la obra Casa Enterrada se
encuentra éste desgaste de construcción, demolición y reconstrucción futura. Construye
otra obra con rasgos del Land Art,
como algo que se realiza, se va desvaneciendo en el tiempo y en su forma, y que
acaba por desaparecer de la misma forma que fue creada de la nada. Es a través
de un medio como el video que observamos cómo la excavadora, tratada como un
monstruo que a la vez que destroza, libera a la tierra que ahora soterra dicha
construcción. Con ello Lara Almarcegui consigue llegar a la idea del fin de la
construcción, el momento en el que se hace uno con la naturaleza, con la
tierra. “El lugar es el verdadero sujeto de la obra de Lara” comentaba el
Comisario Octavio Zaya de la exposición que se realizó en el Pabellón de
España. Es con este tipo de obra en donde queda presente un tipo de arte conceptual, en donde más allá de
las construcciones y la tierra en sí misma, se busca la importancia de las
ideas; lo que me recuerda a la obra de Joseph Kosuth Una y Tres Sillas, en donde por encima de la forma de la silla, su
definición y su imagen, prevalece la idea mental de silla, lo que contiene una idea cerrada, a pesar de que el objeto
cambie. Esta obra contiene un aspecto monumental, como un epitafio del caído,
una memoria escrita en la tierra de lo que fue y hubo sobre ella.
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