lunes, 10 de febrero de 2014

Qui autem perdiderit?



Qui autem perdiderit?
Dolores Cairoli
 
La exposición de Avelino Sala en una primera impresión es un gran interrogante para el espectador: ¿Por qué hay una capa colgando? ¿Unos ladrillos en unas vitrinas? ¿Qué es ese sonido aberrante que me invita a salir corriendo de la exposición y no volver jamás? Ese sonido que te penetra en los oídos y no te permite escuchar otra cosa es la forma que tiene el artista de recordar la declaración de los derechos humanos. Es una de sus obras clave donde se ve cómo, con una especie de navaja, se van rajando en unos bolígrafos a modo de chuleta la declaración de los derechos humanos. Esto se podría poner en relación con el título de la exposición: Locked-in Syndrome. La enfermedad que produce una parálisis total, sólo permite el movimiento ocular, así que en este momento lo único que podemos hacer es ver, no se puede hacer nada para detener el sonido, sino que estamos obligados a sufrirlo. Lo que parece que quiere conseguir Avelino con el sonido es que la idea de la declaración de los derechos humanos se nos quede grabada en la mente a modo de chuleta.  

Sus obras se caracterizan por su carácter de crítica política: se basa sobre todo en la importancia de la manifestación ante las injusticias, un tema que nos aflige a todos, sobre todo con la situación que se está viviendo en España desde 2008. Muchas veces, en manifestaciones que ha habido desde ese entonces (y muy anteriormente) se han olvidado los derechos humanos por parte de las fuerzas superiores. Por ello, es algo que hay que recalcar en la obra. 

Pero en las manifestaciones… ¿Quién protesta? ¿Quién se beneficia de ellas? Esta pregunta aparece en su obra de neón, a la manera de Bruce Nauman, en el que se lee: Cui Prodest? (¿Quién se beneficia?) También podemos pensar que a esta pregunta le sucede otra ¿Quién sale perdiendo? Se ve que deja muy clara la respuesta de esta pregunta: Nosotros salimos perjudicados ante todas estas injusticias políticas, por lo tanto, lo que intenta conseguir con su arte en general y con su exposición es hacer una llamada de atención hacia nosotros, el pueblo, para que no perdamos nuestra libertad de expresión, nuestro derecho de manifestarnos, pero más que nuestro derecho, podría llamarse nuestro “deber” ya que Avelino sólo con su obra no puede conseguir cambiar el mundo, pero esta es su forma de intentarlo. Lo que intenta hacer es un llamamiento a las personas que se interesen por su obra, y para entrar en su mente a implantarle una idea, un pensamiento, que luego, cada uno desarrollará más o menos, dependiendo su dedicación y su voluntad. 

Para demostrar la importancia de la manifestación, lo que hace es conseguir ladrillos que han sido utilizados en manifestaciones importantes por diferentes partes del mundo (Barcelona, El Cairo) Estos ladrillos adquieren un valor extraordinario al ser expuestos bajo un cristal de una vitrina producida especialmente para la ocasión. Esto es un tanto contradictorio ya que la instalación de bolígrafos no tiene ninguna barrera que impida que sean tocados por el espectador, sino parece que Sala invita a que sean tocados y a que se lea lo redactado en ellos.
Sin embargo, le otorga otro carácter “sagrado” a los ladrillos al colocarlos bajo el cristal, como si de un museo arqueológico se tratara. Y tras esto puede surgir una duda: ¿Hasta qué punto son “museizables” estas piezas? Sala trata estas piezas con un valor histórico por lo que las considera dignas de estar dentro de la vitrina. ¿Y nosotros? 

En definitiva, la intención de Sala es que al salir de la exposición dediquemos un tiempo para reflexionar sobre las cuestiones que propone él con su obra ya que son cuestiones a las que nos enfrentamos cada vez con más frecuencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario