Cristina del
Amo Sáez
La economía actual se mueve al ritmo del capitalismo. Este modelo
financiero se sostiene en la base del consumismo, que parte de la premisa de
que las empresas deben generar para que la gente consuma, sin importar el cómo
ni el porqué. Esta retroalimentación económica se realiza mediante el consumo
innecesario de los bienes que la moda hace imprescindibles.
Txomin Badiola ha titulado su nueva obra, Capitalismo Anal Capitalism; según el artista, actualmente se mide
el valor de algo según su lugar en la cadena de consumo. Hoy en día, el arte se
encuentra en una etapa en la que se le valora por su comercialización. Esto es
un problema, ya que se corre el riesgo de perder tanto su función de catarsis,
como la necesidad del artista de expresarse a través de su obra o, la de hacer
reflexionar al espectador sobre algún tema. Si los artistas crean para que sus
obras se vendan su producción pasa a estar condicionada por lo que está de
moda. Badiola, en su entrevista para Paula Achiaga, comenta que “el director de
cine Godard decía que la cultura es la norma, mientras que el arte es la
excepción, en este sentido el arte es siempre contra-cultural”; Si no es
siempre contracultural, debería serlo. Txomin habla de la mala prensa hacia los
artistas, puesto que no se entiende su trabajo como una necesidad, es decir, no
se contempla su obra dentro de la “norma”, dentro del sistema capitalista. Sin
embargo, lo importante para Badiola es provocar con su obra algún tipo de
sentimiento en el espectador, lo que la hace mucho más interesante que una
producción que solo se basa en estereotipos o normas para tener un futuro en el
mercado, es decir, para formar parte de ese “Capitalismo anal”.
La exposición está compuesta por dos partes, una formada por varias
piezas de acero, con algunos textos grabados en ellas, tituladas capitalismo
anal; y otra con una pieza de grandes dimensiones acompañada por una audición,
bajo el nombre de Entelequia. Lo que
se puede oír en dicha grabación son unos textos que fueron sometidos a
traducciones a diversos idiomas, hasta que se perdió su significado original;
esto es entelequia, esa abstracción, falta de entendimiento, que de algún modo
es lo que pasa con esta obra. No se encuentra la relación de esas planchas de
acero con el Capitalismo anal, de hecho, la mayoría de los espectadores no
sabrá a que se refiere el artista con ese título. Sin embargo, como hemos
mencionado antes, en cada una de las planchas se encuentra grabado un pequeño
texto, el cual, si bien no te aclara que es eso de Capitalismo anal, te da una
pista o al menos te hace reflexionar.
Lo que denuncia Txomin, es este vínculo actual entre el arte y el
sistema capitalista, en el que algo se crea sabiendo que pronto quedará
obsoleto y que terminará como excremento. Esta obra resulta sencilla en su
composición, pero bastante más compleja en su significado.
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