Dolores Cairoli
Al llegar al antiguo
frigorífico del Matadero nos envuelve un ambiente lúgubre y frio, y esto no se
debe sólo a la anterior función de ese espacio sino que también está decorado
de esta manera para la actual exposición de Cristina Lucas “Es capital” que
tiene lugar en la misma sala.
Las obras siguen un orden
lógico ya que la artista prácticamente guía al espectador con su colocación dentro
de la propia sala: Primero nos encontramos con El superbién común. Este nos da paso a la siguiente obra compuesta
tanto por un video y por impresos llamada plusvalía
(el cual también da nombre a la instalación de video). Al fondo de la sala está
su tercera obra llamada Montaña de oro,
y a lo largo de toda la pared siguiente está la obra de Capitalismo filosófico, que está compuesta por 9 videoinstalaciones
con diferentes nombres: desde El arte,
hasta la Vida/Muerte, pasando por la
belleza, la verdad, el dolor, etc.
La colocación es importante
ya que está compuesto de tal forma que se ve una evolución:
Por bien común se entiende
que es aquello de lo cual se benefician todos los ciudadanos, pero el superbién
común entonces ¿Qué es? A la conclusión que se puede llegar mediante las
fotografías que expone Cristina Lucas es que este superbién sólo lo pueden
experimentar algunas personas de alto poder económico. Si analizamos las
fotografías podemos entender que su felicidad depende de los accesorios que las
acompañan, y estos accesorios no son “aptos para todo público” debido a que no
todos podemos permitirnos un Mercedes unos zapatos Manolo Blahniks o un sillón
Eames. Por lo tanto, al no beneficiarnos de ello, ¿Nos volvemos infelices?
Lo que también habría que
destacar de esta obra es que los personajes que aparecen tienen rasgos
asiáticos, lo que podría hacer alusión a la gran Hong Kong, la cual posee una
economía de las más adelantadas del planeta lo que hace posible a los
personajes de las fotografías la utilización del capital de dicha manera.
Seguida de esta, tenemos la
videoinstalación llamada plusvalía.
Concretamente nos muestra la plusvalía del manuscrito escrito por el padre del
capitalismo Karl Marx titulado “El Capital”. Este se ha encarecido en el
mercado hasta llegar a los 2.500.000 €, y si seguimos la mirada por la sala
encontraremos Montaña de oro, dos fotografías con el tesoro almacenado en Banco
de España.
Sin duda la parte más
destacable es el final, donde sitúa las nueve instalaciones de video: cada una
está dirigida a un tema específico y son entrevistas a grandes empresas que han
llegado a triunfar. Los temas que encontramos son: El arte, la belleza, el
espacio/tiempo, el miedo, la justicia, el ciudadano/consumidor, el dolor, la
verdad y la vida/muerte. Lo irónico de esta obra lo encontramos en su dualidad,
por ejemplo, el video de la muerte: Todo el mundo le teme a la muerte, es un
proceso inevitable que nos espera a todos. Pero ¿qué pasa cuando se le pregunta
a una funeraria por la muerte? ¿Qué se puede decir de ello? Sí, es una pena,
todos morimos, pero nosotros nos beneficiamos de la muerte de sus seres
queridos. ¿Dónde está el bien común en la muerte? Sólo se benefician unos pocos,
que es lo que Cristina Lucas rechaza de la sociedad capitalista.
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