Yolanda González Núñez
Desmitificada desde hace años, la actualidad
político-social está siendo cuestionada y busca ser modificada no sólo en
nuestro país sino a escala mundial y por motivos diversos: verdades a medias de
los políticos, presión ejercida por países armados, así como discriminación y desigualdades
sociales que derivan en la falta de recursos y posibilidades. Todo ello lleva a
establecer una discusión en torno al poder y el principio fundamental del
sistema capitalista: el Estado de Bienestar. Este concepto fue constituido en
el año 1942 con el propósito de cubrir las necesidades de una población en
crecimiento y mantener el consumo tras la Segunda Guerra Mundial. Esta medida
fundamentada en los derechos y libertades de la población fue una estrategia
con dificultades a largo plazo al destinarse, dicen, a una población excesivamente
amplia. El razonamiento se basa en la incapacidad de costear los mecanismos de
explotación, provocando que la riqueza se centrase cada vez en un sector más
determinado y selecto.
La reflexión más profunda y crítica sobre la economía política fue la publicada por Karl Marx en Das Kapital (1867). Este trabajo se centró en una mirada autorreflexiva para hallar conceptos
ideológicos, estereotipos y
prejuicios que definan la estructura del sistema y conducta social común. Marx
afirmaba, que “el misterio de toda forma de valor está embutido en esta forma de
valor simple. Por eso es su análisis el que presenta la verdadera dificultad”. Por tanto, viendo que en el sistema capitalista está regido por la
capacidad económica de sus individuos, el dinero toma esa forma de valor simple.
En tanto que simple también fundamental, ya que no sólo es un elemento de cambio sino un componente de la ideología basada en la
mercancía. Dado el
conflicto actual, estas reflexiones han calado en debates continuos y a través
de diferentes medios, siendo el ámbito artístico uno de ellos. Actualmente el
Centro de Arte Matadero Madrid expone Es
Capital, trabajo de Cristina Lucas autorreflexivo y crítico sobre el consumismo, motivaciones y
consecuencias. Este discurso establece cuatro sectores, siendo eje fundamental la
mención a Karl Marx y un reportaje sobre la tasación
de su obra. En esta acción de fijar el valor todo lo que nos rodea existe un
proceso automático del que no somos conscientes: las mercancías no existen, pues
todo objeto se vuelve producto en el momento que la sociedad lo demanda. Por
tanto, la riqueza en bruto presente en la Cámara del Tesoro es una larga lista
de sueños, deseos y planes variables según los ojos que lo vean. El tercer
sector está compuesto por una serie de imágenes que captan lo que debería ser
una vida relajada, cómoda y estable en lo a que al potencial económico se
refiere. El factor autorreflexivo se aplica en la última parte a través de una
serie de entrevistas que tratan los principales temas de preocupación de la sociedad
en la que se tiene a buscar la felicidad en el consumo, como si fuera algo que
pudiésemos comprar.
En
definitiva, Es capital supone una
reflexión sobre temas diversos: desde la política, la economía y el lenguaje,
pasando por la situación de la mujer, la situación del ciudadano, y el paso de
este a consumidor. Queda claro que en el debate está
la respuesta y aprendizaje de las cosas. Esto lo sabe bien Cristina Lucas, quien mantiene su seña de identidad en
el interés por aquellos factores que repercuten y condicionan a las personas, asegurando
los artista de hoy como herederos de Picasso pues “desde el Guernica se inició el camino para
conocer el arte como altavoz y pulso de la historia” (entrevista Sala Rekalde, On air, 2013).
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