Por Belén Lorenz Aguirre
De
nuevo el capitalismo se convierte en el protagonista de una exposición de arte,
en este caso el marco en el que se desarrolla lo encontramos en el Matadero de
Madrid, donde Cristina Lucas presenta su obra Es capital, siguiendo en gran parte las ideas presentadas por Karl
Marx en su obra El Capital.
Observamos entonces una relación muy clara entre la obra de Cristina Lucas y el
estudio de Karl Marx, en primer lugar en el título, que varía en una sola
letra, Es capital y El capital, igualmente, desde mi punto
de vista, ambos añaden una característica filosófica a un término relacionado
con la economía, relacionan dos campos de estudio tan dispares y al mismo
tiempo tan conectados, y por último ambos realizan una crítica al beneficio
obtenido por la realización de diversas actividades dentro del capitalismo. Así
Cristina Lucas, divide en cuatro piezas su trabajo sobre las contradicciones y
misterios del sistema capitalisma que rige nuestro planeta, Plusvalía, Montaña de oro, Capitalismo
filosófoco y El superbién común. El término plusvalía fue muy utilizado por
Karl Marx para referirse a aquel “incremento o
excedente que queda después de cubrir el valor primitivo”, es decir, los
beneficios del capitalismo, Cristina Lucas utiliza este término para mostrar
como la obra que Marx había realizado hoy en día adquiere un valor
insospechado, el valor primitivo de Karl Marx, su fuerza de trabajo, se había
convertido ahora en algo más, se había visto multiplicado.
Con Montaña de oro se nos muestra una
importante cantidad de este metal que podemos encontrar en las reservas del
Banco de España, metal que fija la moneda de un país, y que paradójicamente, pocos habitantes de ese país llegan a observar, definitivamente son fotografías
que llaman la atención, sobresalen en especial dentro de la sala del Matadero,
algo pobre al lado de esas brillantes imágenes. Tras estas imágenes de grandes
dimensiones nos encontramos con una serie de videos en los que se entrevista a
los que benefician de una serie de conceptos que han sido comercializados, como
la muerte, la belleza, etc. Por ejemplo sobre la muerte se entrevista a una
empresa funeraria, para cuyos empleados la muerte es algo positivo ya que viven
de que otros fallezcan, pero obviamente el resto de seres humanos lo vemos como
algo negativo, ya que nunca queremos que llegue ese final de nuestros días.
Tras esto llegamos a la última parte de la exposición, El superbién común, donde evidentemente faltaba por analizar una de
las mayores críticas del capitalismo, la escasez de recursos, ¿cómo es posible
que nuestro planeta no pueda producir los bienes necesarios?, es la pregunta
del millón, por qué si en una punta del mundo la gente no tiene nada para comer
en la otra las personas malgastan toneladas y toneladas de alimentos, ¿por qué
nada es suficiente?
Definitivamente
vale la pena preguntarnos hasta qué punto un concepto es negativo o positivo,
en la exposición se barajan todas las opciones del capitalismo, analizando lo
bueno e igualmente lo malo de este fenómeno, ambos adjetivos se funden a mi
parecer en la exposición. La belleza por ejemplo gracias a este sistema se ha
convertido en algo comercial, si mañana mismo Platón levantase la cabeza y
contemplase en que se ha convertido su idea de belleza, estoy segura de que por
lo menos se tiraría de los pelos. El capitalismo marca nuestro día a día, y
poco a poco va aumentando el número de personas que quieren beneficiarse de
ello, se busca el consumo ilimitado, los servicios se han visto multiplicados y
todo puede tener un precio.
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