EL VÉRTIGO DEL CAPITALISMO
Andrea Martínez Orejana
Bajo el bullicio
ensordecedor de las voces que se extienden por la antigua sala del matadero de
Legazpi, la artista Cristina Lucas, lleva a exposición un trabajo centrado en
las principales paradojas e incógnitas que tienen lugar en nuestro actual
sistema capitalista. A partir de aquí nos invita a la reflexión y al cuestionamiento
de este sistema económico cuyo principal interés se sitúa en el predominio del
capital sobre el trabajo, siendo el ciudadano otra mera mercancía más. Cristina
entiende el arte contemporáneo como una herramienta que debe estar al cuidado
de la cultura. Desde sus inicios, se la ha encasillado en el denominado arte de
acción, siendo la performance y el happening sus primeras vías de expresión.
Ese accionismo, retrocediendo en el tiempo, se basaba en la idea de
desmaterialización del objeto, sintiendo un rechazo absoluto por la producción
de objetos y su mercantilismo. Progresivamente empezó a dejar de lado estas
ideas para dedicarse, contradictoriamente, a una producción más material
utilizando el video arte, la pintura o la fotografía, aunque eso sí, sin perder
esa huella de identidad performativa que tanto caracteriza a su trabajo
artístico.
Por otro lado, en
sus obras podemos ver una de sus principales preocupaciones como es la
situación de la mujer a lo largo de la historia y su papel dentro de las
sociedades patriarcales. Aunque para
entender la obra de Cristina Lucas hay que tener en cuenta el predominio de la
ironía y del humor como válvula de escape frente a la inclemencia de la
realidad. En Es Capital, arte y
política se vuelven de nuevo a unir igual que en El Testigo de Teresa Margolles o en Locked in syndrome de
Avelino Sala. Aludiendo a las palabras de la propia Teresa, el arte es
utilizado como una herramienta que te
hace pensar sobre la realidad política (y social) de tu tiempo. En esta muestra la artista se centra en la economía y
en manifestar otra de sus preocupaciones, el papel del ciudadano dentro del
estado y de cómo se ha ido convirtiendo en un consumidor que participa de ese
sistema capitalista. A modo de intervención son cuatros piezas de nueva
creación, las que abordan los interrogantes y las contradicciones de este
sistema económico. Para ello se sirve de fotografía y video, como medios de expresión intrínsecos a
nuestro tiempo, para canalizar todas estas ideas y que de esta manera,
lleguen al público.
Plusvalía reproduce toda la
investigación llevada a cabo por la artista para conocer el precio actual del
manuscrito más influyente de política-económica de Karl Marx. En el video se
habla sobre un concepto, (plusvalía), que consiste en la apropiación
(beneficio) del capitalista de una parte del salario del trabajador,
percibiendo éste un salario que no se corresponde con el valor del trabajo
realizado. En Capitalismo filosófico
vemos a través de una serie de entrevistas cómo se comercializan conceptos como
la vida, la muerte, la belleza o el arte, por empresas de diversas categorías.
Aquí la artista intenta llegar a entender esta relación antinatura, para acabar
con una serie de fotografías muy de la estética publicitaria que podríamos
encontrar en cualquier tipo de revista glamurosa, mostrando por medio de éstas,
el reflejo de una sociedad consumista que lo quiere todo y, por otra parte,
investiga la relación entre el valor de uso y el valor de cambio en nuestra
sociedad, a través de las imágenes sobre el oro que hay almacenado en la
Reserva del Banco de España. Cristina Lucas reflexiona en torno a estas ideas
entablando un diálogo entre las piezas y el espectador con el objetivo de que
ese mensaje, que nos intenta comunicar, llegue a cualquier espectador y éste
tome una postura determinada ante lo que ha visto.
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