jueves, 13 de marzo de 2014



EL VÉRTIGO DEL CAPITALISMO

Andrea Martínez Orejana

Bajo el bullicio ensordecedor de las voces que se extienden por la antigua sala del matadero de Legazpi, la artista Cristina Lucas, lleva a exposición un trabajo centrado en las principales paradojas e incógnitas que tienen lugar en nuestro actual sistema capitalista. A partir de aquí nos invita a la reflexión y al cuestionamiento de este sistema económico cuyo principal interés se sitúa en el predominio del capital sobre el trabajo, siendo el ciudadano otra mera mercancía más. Cristina entiende el arte contemporáneo como una herramienta que debe estar al cuidado de la cultura. Desde sus inicios, se la ha encasillado en el denominado arte de acción, siendo la performance y el happening sus primeras vías de expresión. Ese accionismo, retrocediendo en el tiempo, se basaba en la idea de desmaterialización del objeto, sintiendo un rechazo absoluto por la producción de objetos y su mercantilismo. Progresivamente empezó a dejar de lado estas ideas para dedicarse, contradictoriamente, a una producción más material utilizando el video arte, la pintura o la fotografía, aunque eso sí, sin perder esa huella de identidad performativa que tanto caracteriza a su trabajo artístico.

Por otro lado, en sus obras podemos ver una de sus principales preocupaciones como es la situación de la mujer a lo largo de la historia y su papel dentro de las sociedades patriarcales. Aunque  para entender la obra de Cristina Lucas hay que tener en cuenta el predominio de la ironía y del humor como válvula de escape frente a la inclemencia de la realidad. En Es Capital, arte y política se vuelven de nuevo a unir igual que en El Testigo de Teresa Margolles o en Locked in syndrome  de Avelino Sala. Aludiendo a las palabras de la propia Teresa, el arte es utilizado como una herramienta que te hace pensar sobre la realidad política (y social) de tu tiempo. En esta muestra la artista se centra en la economía y en manifestar otra de sus preocupaciones, el papel del ciudadano dentro del estado y de cómo se ha ido convirtiendo en un consumidor que participa de ese sistema capitalista. A modo de intervención son cuatros piezas de nueva creación, las que abordan los interrogantes y las contradicciones de este sistema económico. Para ello se sirve de fotografía y video, como medios de expresión intrínsecos a nuestro tiempo, para canalizar todas estas ideas y que de esta manera, lleguen al público.


Plusvalía reproduce toda la investigación llevada a cabo por la artista para conocer el precio actual del manuscrito más influyente de política-económica de Karl Marx. En el video se habla sobre un concepto, (plusvalía), que consiste en la apropiación (beneficio) del capitalista de una parte del salario del trabajador, percibiendo éste un salario que no se corresponde con el valor del trabajo realizado. En Capitalismo filosófico vemos a través de una serie de entrevistas cómo se comercializan conceptos como la vida, la muerte, la belleza o el arte, por empresas de diversas categorías. Aquí la artista intenta llegar a entender esta relación antinatura, para acabar con una serie de fotografías muy de la estética publicitaria que podríamos encontrar en cualquier tipo de revista glamurosa, mostrando por medio de éstas, el reflejo de una sociedad consumista que lo quiere todo y, por otra parte, investiga la relación entre el valor de uso y el valor de cambio en nuestra sociedad, a través de las imágenes sobre el oro que hay almacenado en la Reserva del Banco de España. Cristina Lucas reflexiona en torno a estas ideas entablando un diálogo entre las piezas y el espectador con el objetivo de que ese mensaje, que nos intenta comunicar, llegue a cualquier espectador y éste tome una postura determinada ante lo que ha visto. 

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