viernes, 25 de abril de 2014

Arma de doble filo.

Sandra Sainz García

La exposición que nos propone Cristina Lucas en Abierto x obras, Es Capital, nos lleva al sistema actual y la ideología que existe en torno al capitalismo y todo lo que comporta en todo su esplendor y demagogia.

El Matadero de Madrid acoge esta muestra en la antigua cámara frigorífica, buscando así una relación entre lo que el artista nos muestra y el espacio que lo contiene. A través de sus cuatro principales producciones vemos como el capitalismo es algo hoy en día muy demandado como objeto de estudio y de protesta por parte del mundo artístico en general. Quizás cada día más, ya que vivimos en una sociedad que gira en torno a ello y en la que los parámetros establecidos nos los imponen desde fuera.

Con un juego de luces y sombras, Lucas propone así su exhibición para que el público se sumerja de lleno en lo que quiere mostrar con sus proyecciones de vídeo, fotografías u obras en papel.

Una de las obras más características para ilustrar la exposición posiblemente sea Plusvalía, donde la autora a través de los manuscritos de El Capital, uno de los tratados más influyentes de política económica escrito por Karl Marx, nos hace replantearnos el poder del trabajo y los beneficios que obtenemos por este, siendo inevitable así una sociedad consumista y, por lo tanto, capitalista. Con Montaña de Oro, obra basada en dos fotografía de todo el oro que está almacenado actualmente en el Banco de España, nos muestra como este ha ido cambiando su valor a lo largo de los años, siendo uno de los metales más apreciados y que anteriormente servía para fijar el valor de la moneda del país.

Una de las más inquietantes y que hace replantearnos nuestra forma de vida es Capitalismo Filosófico, donde existe un debate entre lo que las empresas nos intentan comercializar y las necesidades que tenemos para consumir sus productos. Es decir, si vas a una clínica estética obviamente siempre te van a sacar algún defecto físico, aunque no lo tengas o no necesites cambiarlo, simplemente por el mero hecho de que ellos obtienen un beneficio si tu lo corriges. Ahí entra a formar parte la ética de lo que necesitamos para vivir, como necesidad de primera mano, o lo que necesitamos para sentirnos mejor, creando así una sociedad consumista imparable que cada vez quiere más.

Por último, El superbién común, analiza desde una perspectiva coherente el hecho de que la mayoría de la población existente aspira a una forma de vida basado en un consumo muy superior al que pueden llevar actualmente, pero con la contrapartida de la explotación de unos recursos inexistentes o por lo menos no parcialmente viables a los que tenemos en la actualidad, siendo su objetivo aumentar estos sin tener en cuenta la capacidad de regeneración de la Tierra.

            Por lo tanto, el capitalismo es bueno para cualquier sociedad en tanto que genere unos beneficios y estos sirvan como recursos, pero vivimos en un ambiente en el que siempre se quiere más, sin tener en cuenta las capacidades económicas o viables de cada uno para conseguirlo. Continuamente estamos recibiendo señales en las que se nos incita a ello, sin valorar apenas o aprender a vivir con lo que tenemos, sin tener en cuenta el “tanto tienes, tanto vales”. La exposición nos muestra el contexto actual de una manera que nos puede hacer abrir los ojos y ser más conscientes, de un mundo del que por desgracia, no nos podemos bajar.








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