Sandra Sainz García
Por debajo | Underneath
es la última muestra que nos propone Lara Almarcegui, quizás con unas obras que
chocan en el espectador por la singularidad de las mismas y que si no se está
familiarizado con el propio tema descolocan a primera vista. El tiempo es algo
que en el arte siempre ha estado muy presente, un tema muy recurrido por los
artistas para desempeñar sus realizaciones por el sentimiento de nostalgia
hacia el pasado y de incertidumbre hacia el futuro, pero esta vez la artista lo
proyecta con dos obras que, a primera instancia, son muy simples pero que
detrás de ellas llevan una carga tanto científica como emocional.
Almarcegui,
artista española que actualmente desempeña su actividad en Holanda, donde también
reside, aúna en estas dos obras la filosofía que ella intenta transmitir a
través de sus composiciones de demoliciones, autoconstrucciones y descampados. Busca
una nueva línea de expresión en la que no siempre la obra tenga que ser un
objeto de culto que se lleva al museo como si fuera mercancía sino que busca
añadir un punto más pensativo del porqué de las cosas, entre la ecología y el
Land Art.
En
Casa Enterrada, Dallas 2013, muestra
a través de material audiovisual el derrumbamiento de una casa que poco después
queda sepultada en la misma tierra en la que se encontraba. En ella vemos una reflexión
sobre el territorio, el origen de lo construido y como eso mismo que se ha
demolido cuenta la historia de la propia casa. En un trasfondo más idealizado,
lo que ella misma quiere transmitir es el cambio que se está experimentando
continuamente en cualquier zona del mundo, la imparable construcción que es inevitable
y lo que ello supone para las personas. Es una realidad que nunca se va a poder
cambiar, casas antiguas que se tiran para hacer nuevas o solares y descampados
que antes no eran más que eso y que poco a poco nada queda de ellos por la
acción humana. Ella misma afirmo que no le importa que su arte sea efímero mientras
las personas que lo ven, contemplen ese mismo lugar pero de manera diferente y
es, ahí, cuando su obra si ha servido para algo y tiene sentido.
Rocas de la isla de
Spitsbergen, Svalbard, 2014, producido por Public
Art Norway (KORO) es la segunda obra de la muestra y posiblemente la más
chocante. Su afán era conocer todas las rocas de esta isla noruega e
identificarlas, desde las más antiguas hasta las más nuevas que empezaron a
surgir por la actividad minera del territorio y que es una actividad propia del
lugar. Pero si siguen con esta práctica, ¿Alterara la materia prima de la zona?
¿Podría ser posible? Aunque más allá de lo que busque y lo que quiera
transmitir, la obra en sí quizá se queda corta, el público la ve y parecen más
unos datos clasificados que una obra de arte en sí misma. Por supuesto hay que
conocer las inquietudes de la autora para llegar a entenderla, pero aún así el
vídeo tiene más posibilidades de llegar al espectador aunque no entienda lo que
está viendo y el porqué proyecta así su obra.
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