domingo, 9 de febrero de 2014



EL ARTE GUIANDO AL PUEBLO
Lucía Pazos

Si hacemos un balance de la sociedad, de la cultura, de las instituciones, del mundo académico, tenemos como resultado un balance negativo; y no porque seamos nostálgicos y tengamos puestos los ojos en un “pasado mejor”, sino por la pérdida de los valores individuales causados por los excesos de una masa atrincherada en las instituciones. Es la propia sociedad marcada por la democratización, la que elimina al individuo como sujeto. Tomando como punto de partida estas premisas, y tras los acontecimientos sucedidos a raíz de las revueltas sociales del año 2010, en “Locked-in Syndrome” Avelino Sala (Avilés, 1972) nos muestra un arte de la residencia, de denuncia. Como afirma José Luis Corazón, Avelino es capaz de transformar cualquier espacio en un lugar de reflexión sobre las artes y la cultura contemporánea; de ese modo el artista asturiano crea en la galería Ponce+Robles una reflexión crítica a cerca de nuestra propia condición de sujetos reprimidos, en donde la  revisión de memoria histórica, se convierte en una de las claves para comprender la situación en la que nos encontramos.
Las 7 obras de las que se compone la muestra nos llevaban a ese juego entre el historicismo y la contemporaneidad, mezclando piezas arqueológicas y a la vez contemporáneas, ya sean el video, la fotografía, la instalación o el neón. Como alegoría que ejemplifica las dudas de una sociedad vulnerable, y sometida a la “ocultación” se proclama la pieza central en torno a la que gira el  discurso, una capa castellana colgada de una cuerda a modo de marioneta. Ese carácter de ocultación del individuo frente a un elemento superior ya lo empleó Sala en obras anteriores, como es el caso de “Block House. Sobre la construcción de un espacio” (2011), en donde se reprodujo un búnker hecho con libros para “defenderse” de la terrible crisis que sufría por entonces -y sigue sufriendo- el mundo de la cultura. De nuevo Sala, haciendo alusión a la filosofía de Descartes, y a esa idea de la manipulación constante nos invita a reflexionar sobre la necesidad -a la que nos hemos acostumbrado- de llevar siempre una “mascara”, exponiendo la pregunta ¿quién se beneficia?.

Sin duda, “Locked-in Syndrome” es una potente crítica social, colmada de simbolismo, en la que el individuo se proyecta como una marioneta manejada por las instituciones dominantes. Una sociedad capitalista en la que todo importa menos el individuo en sí. Sala emplea el arte como forma de denuncia, pero a la vez de salvación, compartiendo esa dualidad tanto estética como de transmisora de valores reivindicativos, en donde se nos muestra nuestra propia condición de oprimidos, de mediatizados, pero a la vez nos hace abrir los ojos. Haciendo un paralelismo con las revoluciones de 1830, Avelino Sala ejemplificaría la figura del pintor Eugéne Delacroix. En “La libertad guiando al pueblo” Delacroix trata de mostrar el descontento, la reivindicación del pueblo francés; el cuadro se caracteriza por la suma de individuos, que se pierden la humareda del París capaces de luchar por sus derechos. Al contrario que Delacroix, Sala va más allá, y en vez de plasmar los hitos revolucionarios como tal, y mostrar un arte de la revolución, se centra en transmitir una idea del arte como si fuese una ventana abierta que da salida a nuestra concepción ética de la vida. Aún siendo consciente de que el arte no va a hacer cambiar a la sociedad, si el arte sirve para hacernos reflexionar sobre nuestra propia condición de individuo, el arte habrá servido de algo, y de ese modo, daremos respuesta a la pregunta que plantea Avelino, Cui prodest?  Nosotros.

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