Denia Ishtar García Toribio
Citando al Comisariado
Fernando Castro Flórez:
“Parte de la
dislocación contemporánea para proponer otras cartografías, que tienen pertinencia y ajuste contextual,
esto es, nos ponen en primera línea del conflicto con la intención explícita de
cuestionar desde una perspectiva crítica, el contexto social, geográfico, y político
en el que nos encontramos.” (Sala,A. 2003)
Es por ello que la actual
exposición, que se lleva a cabo en la Galería Ponce-Robles, se titula ‘Locked-in Syndrome’ y hace alusión a un desorden neurofisiológico en el cual la
persona sufre el síndrome de enclaustramiento, quien lo padece tiene capacidad
cognitiva mas no motriz ya que sólo puede mover los ojos pues se encuentra
incapacitada para hacer lo mismo con sus músculos. De esta manera el autor pretende
que el título sirva de metáfora ante la actualidad en la cual nos encontramos
sumergidos y en la que el individuo contemporáneo está atrapado, para desde
allí hacer reflexionar al espectador sobre su realidad y su imposibilidad para
actuar políticamente ante el acontecer diario que se le desvanece en las manos.
La pieza central, en esta
ocasión, es una capa que cuelga y que tiene grabado en dorado la frase en latín
‘Larvatus prodeo’ la cual hace
referencia al pensamiento cartesiano que pretende resumir la postura ante la
cual se manejaba con la Iglesia para que su filosofía racionalista no fuera
descubierta, y que para fines de esta exposición juega como alegoría a la
actitud oculta y doble cara que se tiene en nuestro actuar cotidiano y que además
simboliza el linaje que tan importante papel juega en este país.
Por su parte, la pieza
expuesta que lleva por nombre ‘Cui
Prodest?’, es el resultado del proyecto realizado por Salas para la Bienal
de Arquitectura y Urbanismo de Madrid en 2013, el cual posee plenas referencias
Benjaminianas sobre la reescritura de la historia, que tiene como base el
analizarla a partir de un elemento en específico mediante la selección de imágenes
dialécticas, que son aquellas que se encuentran suspendidas en el umbral entre
la inmovilidad y el movimiento y que pretenden cuestionar la cultura.
La Declaración Universal
de los Derechos Humanos está grabada en cada uno de los bolígrafos Bic, los
cuales aluden al raspar en el recuerdo
colectivo, mostrando la volatilidad y la obsolescencia de los mismos pues hoy
en día se encuentran tan lejanos de nuestra memoria colectiva que quizá sea
necesario reescribirlos para resignificarlos.
En tanto, las fotografías de protesta en donde se miran banderas quemadas
sirven para evidenciar el cliché en el que se ha convertido un acto anarquista,
exponiéndolo en tono irónico y sarcástico.
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